
Hoy sí pude levantarme a las 6 am. y poner algunas cosas en orden. Sigo constipado y ya se ha convertido en costumbre despertarme con la nariz taponada cada día.
Las mañanas son cada vez más tristes y silenciosas. El continuo descenso de las temperaturas me hace sentir como aislado del mundo vestido entre tanta ropa.
Ya en el coche, percibo el olor del campo por la humedad caída; en la rotonda la policía tratando de agilizar el paso del tráfico; en la autovía , el cielo ya toma un tono azul marino, en la puerta del instituto la gente baja de los vehículos, se despiden, cogen sus cosas y se marchan a clase.
¿Cuánto tiempo tarda la monotonía en hacernos olvidar todo por lo que vivimos?
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